sábado, 16 de abril de 2011

Perdón

Qué sencilla palabra y qué difícil ponerla en práctica. Más aún, no necesitarla.

He comprendido que el perdón es como una píldora de mejora para un síntoma de una enfermedad mucho más profunda, la soberbia!

Cuando tenemos la necesidad de perdonar es porque hemos juzgado, nos hemos dejado agredir por nosotros mismos con palabras o actos ejecutados por otros, porque hemos acomodado las circunstancias para tener el "derecho" de juzgar por las circunstancias que nosotros mismos provocamos. La falta de perdón o resentimiento solamente me pesa a mi mismo, va llenando mi corazón de dudas por los juicios emitidos; prefiero seguir llenando mi equipaje para cuando vaya a otro sol, solamente de amor.

Somos cobardes y dejamos de reconocer que nuestro presente es solamente el resultado de nuestras decisiones, de lo que nosotros mismos permitimos y causamos.

Somos lo que pensamos y sentimos,  en consecuencia nuestro egoísmo nos lleva a generar expectativas hacia las circunstancias y a las demás personas de acuerdo a nuestra conveniencia personal.

Ahora que me ha quedado claro, que la luz divina me ha iluminado, he llegado a una conclusión. Jamás volveré a necesitar perdonar a nadie, en lugar de ello dejaré de juzgar y permitir que la soberbia se apodere de mi corazón.

De igual manera me he "perdonado" al reconocerme como un ser humano imperfecto y en el camino continuo del crecimeinto espiritual y emocional.

Recibe todas las circunstancias de tu vida en el filtro del amor, verás que el punto de vista cambiará drásticamente. Si sientes que aún tienes que perdonar, analiza con cuidado, lo más probables es que estés juzgando y eso, es la mejor manera de destruír un presente que solamente depende de nosotros hacer maravilloso!

Con todo mi amor!