Descubrí una piedra dentro de mi,
no es tan sólida como yo creía,
a veces se desmoronaba,
a veces se reconstruía,
a veces solamente estaba.
Alguien llegó y preguntó:
qué hace?
No supe qué responder...
Estaba en reposo.
Se acercó con amor, lo lleno con su espíritu...
...y latíó!
Desde entonces no deja de latir cada día más y más.
Gracias por tocar mi piedra, ahora late lleno de amor.
Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario